En la factura proforma (y también en la comercial) debe aparecer recogido siempre el valor real de la mercancía.
Cuando se trate de un regalo, procura hacer una estimación aproximada de su precio en el mercado, comparándolo con otros productos, o añadiendo el precio que te costó en su momento. Y si se trata de una venta, incluye el precio real del artículo.
También cabe la posibilidad de que se trate de un artículo creado por ti. Al carecer de valor en el mercado, deberás tener en cuenta el precio que te ha costado realizarlo. Por ejemplo, si decides enviar una bufanda tejida por ti, puedes calcular el coste de la lana, los utensilios usados y el tiempo invertido.
El valor que facilites debe ajustarse lo máximo posible a la realidad. Los impuestos que impongan las aduanas estarán fijados de acuerdo a la cifra que declares. Si falseas esos datos, las aduanas pueden multarte.
En envíos internacionales, el valor máximo de la mercancía no puede exceder de 25.000 €. En otras palabras, el importe total que indiques en tu factura no podrá superar esa cantidad.